Capítulo 1 · El legado comienza

En 2006, antes de que XXL Lashes fuera siquiera una idea, había una mujer. No había plan de negocio ni almacén. Solo una madre buscando la manera de mantener a su familia en tiempos inciertos.

Su familia atravesaba una crisis financiera que ya había arrebatado mucho. Lo que quedaba era la determinación. Descubrió las extensiones de pestañas justo cuando empezaban a aparecer en los círculos de celebridades en el extranjero. En Hollywood ya eran la nueva moda, transformando la mirada, haciendo que los ojos parecieran más grandes, más brillantes y más definidos. Si las celebridades las querían, era solo cuestión de tiempo antes de que las mujeres de todo el mundo también las desearan.

Con nada más que unos DVDs de formación asiáticos y dos amigas pacientes, pasó incontables horas practicando, aplicando pestañas una a una en sesiones largas y minuciosas. En 2007 viajó a Londres para asistir a una de las primeras formaciones oficiales en Europa. Invirtió dinero que apenas tenía, incluso pidiendo prestado a amigos. Con su maletín de herramientas cruzaba Marbella visitando clientas en sus salones, trabajando hora tras hora para perfeccionar su técnica.

Dominó la técnica rápidamente, pero también comprendió algo importante: no estaba allí para ser la artista. El verdadero arte vivía en las estilistas y esteticistas capaces de crear algo extraordinario. Su papel era apoyarlas con las herramientas adecuadas.

Ese era el verdadero desafío. Los productos eran escasos, caros y a menudo de mala calidad. Así que se aprovisionó directamente, contactó con proveedores de todo el mundo, probó todo ella misma y ayudó a desarrollar herramientas diseñadas específicamente para la aplicación de pestañas. Solo los productos eficaces, prácticos y a un precio justo entraban en el catálogo de XXL.

Lo que comenzó con unos pocos productos en un cajón vendidos en eBay pronto se convirtió en estanterías, luego habitaciones, contenedores y finalmente almacenes. En el camino, XXL Lashes se convirtió en una de las primeras marcas de pestañas en el mundo —y especialmente en Europa— en ofrecer productos profesionales en varios idiomas, dando a las estilistas de todas partes las herramientas que necesitaban. Muchas intentaron seguirnos, pero solo unas pocas perduraron. Y nada de esto fue fácil: demasiado poco espacio, nunca suficiente dinero y riesgos que siempre parecían mayores que los recursos disponibles.

El “equipo” en aquellos años no era una gran plantilla. Al principio era solo ella, luego su hijo, después sus amigas, que trajeron a más amigas. Mujeres que enfrentaban sus propios retos, apoyando a sus familias, trabajando tarde por la noche, fines de semana y temprano por la mañana para preparar pedidos y envíos. Era supervivencia, pero también solidaridad. Juntas construyeron no solo una empresa, sino también una comunidad.

Con el tiempo, el sueño creció más allá de Marbella. Construir una empresa internacional rara vez parece glamuroso. Son noches rodeada de papeles en la mesa de la cocina, mañanas en la oficina de correos y horas interminables gestionando el stock en habitaciones estrechas. Es calcular riesgos, pagar facturas sin saber si se podrán cubrir, y confiar en que el esfuerzo al final valdrá la pena.

Durante años, el trabajo dio frutos. Paso a paso, XXL Lashes creció. Pero el mundo seguía cambiando. La competencia se intensificó. Copias baratas inundaron el mercado, incluso imitaciones de nuestros propios productos. Los precios se desplomaron mientras los costes seguían aumentando.

Y luego llegó 2021. Cuando golpeó la pandemia, todo se detuvo. Los pedidos colapsaron casi de la noche a la mañana, pero los gastos no. Almacenes, proveedores, publicidad, empleados y un sinfín de costes de funcionamiento seguían teniendo que pagarse. Fue un período de miedo y supervivencia, que muchas de nuestras clientas conocen muy bien. Muchas estilistas y dueñas de salones tuvieron que cerrar para siempre. Otras lucharon por mantener sus negocios vivos, a menudo sin saber cómo llegarían a la semana siguiente.

Esos años dejaron cicatrices. Pero también revelaron fortaleza. Porque esto es lo que significa un legado: no los momentos fáciles, sino los difíciles superados. No solo el crecimiento, sino la resiliencia para seguir adelante cuando todo parece imposible.

Y esa es la historia que XXL Lashes lleva consigo hasta hoy. No solo pestañas, sino una historia de resiliencia, dedicación y comunidad.