Capítulo 3 · El Renacimiento

Pensábamos que la despedida era definitiva. Pero lo que parecía el final se convirtió en el comienzo de algo nuevo.

Cuando estás al borde, tienes dos opciones: dejarte caer o mirar más de cerca. Nosotros elegimos mirar más de cerca. Abrimos los libros, analizamos los datos de todas las plataformas y nos hicimos las preguntas difíciles: ¿Dónde era realmente rentable el negocio? ¿Qué productos inmovilizaban capital? ¿Cuáles dañaban nuestra reputación? ¿Cuáles eran redundantes? ¿Y cuáles mantenían la empresa en marcha día tras día?

La verdad era clara: la marca no estaba rota. El modelo sí.

Durante años crecimos añadiendo más: más referencias, más variantes, más almacenes, más publicidad. Pero el crecimiento por el simple hecho de crecer se había convertido en el problema. El catálogo estaba saturado, los almacenes eran demasiado costosos y la inversión publicitaria insostenible. La empresa no fracasó porque los productos no fueran amados, sino porque la estructura ya no se ajustaba a la realidad del mercado.

Así que tomamos una decisión: reducir para fortalecernos.

• ✓Un solo almacén en lugar de varios.
• ✓Un catálogo más enfocado en los productos esenciales y los favoritos de los profesionales.
• ✓Menos publicidad, pero más inteligente.
• ✓Una facturación más baja si eso significa un margen más saludable.

Fue una decisión valiente, y el tiempo corría. Nuestro contrato de alquiler terminaba en solo dos meses. Tuvimos que encontrar una nueva ubicación, planificar la mudanza, reponer existencias de nuestros productos más importantes y, al mismo tiempo, mantener los pedidos diarios en marcha.

El equipo no se rindió. Trabajaron horas extra organizando el inventario, planificaron hasta tarde cada día y aprovecharon los fines de semana para ponerse al día con lo que no se podía terminar durante la semana. Llenaban los estantes mientras preparaban los paquetes para los clientes. Transportaban el stock al nuevo almacén mientras seguían impulsando XXL Lashes hacia adelante.

El nuevo espacio era más pequeño en papel, pero mejor en la realidad: más luz, estanterías más altas, un uso más inteligente del espacio y más cerca de nuestro equipo principal. Incluso nuestra jefa de envíos podía ir caminando al trabajo. Se sentía el comienzo de una nueva era.

Agosto se convirtió en el mes clave. Los costes finalmente bajaron. El retorno de la inversión publicitaria volvió a ser positivo. Los pedidos se siguieron enviando sin interrupción. Los productos favoritos de los clientes se estaban reproduciendo y fabricando nuevamente. Por primera vez en mucho tiempo, las operaciones se sentían limpias, estables y llenas de vida.

Ese fue el momento del renacimiento. XXL Lashes había sobrevivido. Pero sobrevivir no era el objetivo. Casi dijimos adiós, pero no lo hicimos. Lo que casi nos detuvo se convirtió en el comienzo de una manera mejor de gestionar XXL Lashes. El trabajo duro, la determinación, la resiliencia, una planificación clara y la lealtad de nuestro equipo salvaron esta marca.

Sin embargo, el renacimiento no significó que los desafíos desaparecieran. En muchos sentidos, simplemente cambiaron de forma.

Sabemos que algunos de nuestros clientes más fieles tuvieron que buscar en otros lugares mientras nuestros estantes estaban vacíos. No podían esperar. Sus propios clientes tampoco podían esperar. Necesitaban pestañas, herramientas y adhesivos para mantener sus negocios en funcionamiento. Lo entendemos. Los profesionales no pueden simplemente detener su trabajo mientras esperan que nos recuperemos. Ahora es nuestra responsabilidad recuperar su confianza y hacer que XXL Lashes vuelva a ser el lugar en el que confían para los instrumentos de su oficio.

Al mismo tiempo, el renacimiento trajo nuevos límites: un equipo más pequeño, menos recursos y la realidad de que nuestra fundadora se está preparando, paso a paso, para la próxima etapa de su vida. Seguirá con nosotros, guiando las operaciones, dando forma al desarrollo y compartiendo la experiencia que construyó durante casi dos décadas. Pero finalmente disfrutará de lo que pospuso durante mucho tiempo: tardes con amigos, días en la playa, viajes o simplemente ver su serie favorita sin un portátil al lado.

Las decisiones diarias están pasando ahora a la siguiente generación.

Este equilibrio entre continuidad y cambio, experiencia y renovación, confianza y reinvención es delicado. Y plantea una pregunta esencial: ¿cómo mantenemos nuestra promesa a los profesionales en este nuevo capítulo?

Si estás leyendo esto en tu estudio o entre clientes, sabes lo que se siente: el peso de la responsabilidad, la exigencia de consistencia, la presión por cumplir siempre.

Nuestro próximo capítulo no trata de sobrevivir. Se trata de la promesa que ahora debemos definir.